miércoles, 3 de febrero de 2010

El collar antes que el perro

En estos días estamos asistiendo a un debate absurdo entre políticos, fomentado por los medios de comunicación, o haciéndoles el juego a los primeros para desviar la atención de los verdaderos problemas que padecemos, con respecto a la futura ubicación de la posible Caja Única. Y digo absurdo, porque este tema va para largo. Como ejemplo decir que el proyecto de fusión de las dos cajas sevillanas se fraguó en no menos de diez años, y más teniendo en cuenta que los gestores de las mismas son políticos, que no banqueros, y a éstos lo de correr no entra dentro de sus virtudes.

Además, como les gusta a los políticos, estamos entrando en su juego, ese cainismo histórico y aldeano entre ciudades y provincias andaluzas con el único objetivo del rédito electoral. Partidos de diferentes ideologías coinciden, por primera vez en algo al igual que sus “adversarios” sevillanos, que Málaga, como “motor económico” de Andalucía, debe ser la ubicación de la futura caja. Y digo yo, si ya es el motor económico de Andalucía, ¿Por qué no se propone Jaén? Esto sería lo más razonable si queremos cohesionar nuestra región, distribuir la riqueza (creo que esto es de izquierdas, ¿no?) y sobre todo por los medios de comunicación, tanto tecnológicos como logísticos, de los que disponemos en nuestros días. Y ya de camino incluimos en la fusión todas esas cajas andaluzas que quedarán en desventaja frente a la “potente” Caja Única.

Hablando de motores económicos, no nos dejemos engañar, es cierto, Málaga junto con Almería son las provincias con mayor crecimiento económico de los últimos años, tanto regional como nacional, debido principalmente al turismo y al ladrillo, dos sectores en grave retroceso que están haciendo liderar a Málaga en cifras de destrucción de empleo en el último año en Andalucía junto con Almería. Por otra parte, Málaga aún no ha llegado a ser la provincia andaluza que lidera la mayor aportación al PIB nacional, que es donde nos debemos fijar a lo hora de valorar la fuerza del “motor”. Así que no nos dejemos llevar por tanto "canto de sirena" y sigamos teniendo los pies en el suelo.

Enero 2009

Rafa Gómez Calasanz
rafacalasanz@hotmail.com

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